Los jóvenes que hacen su experiencia vocacional en la Academia Montecarmelo de los Heraldos del Evangelio, aunque no profesan votos y se mantienen en el estado laico, procuran practicar en toda su pureza fascinante los consejos evangélicos. Guardan el celibato y viven normalmente en comunidad, en un ambiente de caridad fraterna y disciplina. Se fomenta una intensa vida de oración y estudio, siguiendo la sabia directriz del Papa Juan Pablo II: “La formación de los fieles laicos tiene como objetivo fundamental el descubrimiento cada vez más claro de la propia vocación y la disponibilidad siempre mayor para vivirla en el cumplimiento de la propia misión” (Christifidelis Laici, 58). Esta vida comunitaria está disciplinada por un “Ordo de Costumbres”, una compilación de reglas que con el paso del tiempo se ha ido estableciendo voluntariamente entre los Heraldos del Evangelio. Reglamenta, según el carisma de la institución, todos los actos de la vida cotidiana de sus miembros, desde el modo de proceder consigo mismo en la intimidad, pasando por las relaciones entre los hermanos, en público y, sobre todo, en los actos más solemnes del día en que se reunen para rezar, cantar el Oficio o participar en la Liturgia.

Confirmaciones en la Parroquia San Benito


Viña de Mar.- En la Parroquia San Benito (Chorrillos), 50 jóvenes recibieron el Sacramento de la Confirmación de manos de Monseñor Javier Prado Aránguiz, sscc, Obispo emérito de Rancagua.

Ocho integrantes, que participan de las actividades juveniles de los Heraldos del Evangelio en la Diócesis de Valparaíso, estuvieron dentro de los confirmandos y uno hizo su primera comunión.


En una inspirada homilía, Monseñor Prado, dijo: “Ustedes tienen que ser la sal de la tierra y luz del mundo”, añadiendo además, “esto no tiene que ser flor de un día”, recalcando de esta manera, la importancia de lo que irían a recibir, así como, la necesidad que tiene la Iglesia de que ellos den su perseverante testimonio delante de la sociedad.


Finalizó con un apelo a la vocación sacerdotal y religiosa, al decir: “si alguien de los que hoy se confirmaron sienten un llamado a servir al Señor,  que le den una respuesta generosa”.


Una numerosa concurrencia acompañó la Eucaristía con mucho recogimiento y agrado.  Concelebraron la Misa,  el Párroco P. Mauro Ojeda y su Vicario P.  Gonzalo.

La misión de los Heraldos del Evangelio

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